Nuestra gran fiesta nacional, la navidad. En Venezuela no existe otra fiesta tan vivida, que despierte tantas emociones, recuerdos y exija lo mejor de nosotros para la ropa, la comida y los regalos. Nos hace recorrer largas distancias a visitar familiares y amigos o en su defecto somos buenos hospedadores de quienes nos visitan. Nos destacamos por ser generosos con nuestros semejantes.

¡Vaya! Ropa, comida y regalos… también viajes.  Son sin duda aspectos que han sido esenciales de nuestra fiesta. Nada como estrenar, dar regalos a nuestros hijos y, comer de esos ricos manjares que tanto nos gustan y que nos hace sentir venezolanos.

Estos placeres propios de esta gran fiesta, se han interrumpido o reducido, producto de esta larga crisis económica que estamos viviendo. Además, cada uno de nosotros tiene un familiar, amigo cercano o un conocido que ya no está porque se fue a probar mejor suerte en otras latitudes. Descuadrando las cenas de esta gran fiesta y manifestándose en nuestros corazones las ausencias de nuestros seres queridos.

Muchos dicen que serán las navidades más tristes y poquiticas de nuestra vida. La vida es muy cara, en los últimos tres meses ha sido una película de terror que rompió todos los pronósticos más horripilantes. Nadie sale del asombro. ¿Entonces que nos queda de estas fiestas?

Lo esencial, lo más importante, lo que se entiende que esta ahí pero que no se habla mucho de aquello, pero que se ha manifestado de muchas formas: el amor… ¿el amor? Si, el amor, porque este es “paciente y bondadoso. El amor no es envidioso. No es presumido ni orgulloso. El amor no es descortés ni egoísta. No se enoja fácilmente. El amor no lleva cuenta de las ofensas. No se alegra de la injusticia, sino de la verdad. El amor acepta todo con paciencia. Siempre confía. Nunca pierde la esperanza. Todo lo soporta. El amor no tiene fin.”*

En navidad celebramos el amor que Dios manifestó a los hombre al dar a su hijo Jesús como nuestro salvador. Es por eso que manifestamos el amor con regalos, atenciones, sacrificios de servicios para con los nuestros y amigos. Podemos seguir amando, porque el amor no se compra, solo está en nosotros.

Ama a tus hijos, esposa, esposo, padres, amigos y demás parientes. Ama, porque Dios lo pago para ti, es gratis. ¿Cómo? Con servicio, haciendo cosas que a ellos les gusta; con palabras de afirmación;  pasando tiempo con ellos; con caricias y ternura.  Y por último, si puedes, pero como ya pudiste ver, no es la única opción: con regalos.

Tenemos opciones para una increíble navidad, porque lo esencial está presente, esta inquebrantable e íntegro para dar. Recuerda, el amor nunca pierde la esperanza. Todo lo soporta. El amor no tiene fin.

¡Feliz navidad y próspero año nuevo les desea Soluciones Contables!

*1 Corintios 13:4-8. Biblia versión: Palabra de Dios para Todos.