La práctica contable: Su lado oscuro

La relación cliente contador descansa en un acuerdo que en su mayoría es verbal. El cliente supone que su contador está en capacidad de hacer de todo, en lo tributario, en  lo contable, en lo legal, o  en su defecto este  de seguro conoce quien puede hacerlo. Desconociendo que existen servicios excluyentes que no pueden ser realizados por el mismo contador. Por ejemplo, contador de una empresa auditor de esa misma empresa. Auditor de una empresa y asesor de tributos de esa misma empresa. O el empleado de la empresa que se desempeña como contador y a su vez es auditor externo de dicha empresa. También el contador que es auditor que no hizo la auditoria.

Obviamente en estos casos el trabajo ya no es tal cosa, sino pasa ser un asunto estrictamente nominal donde los informes del contador público son una simple formalidad para llenar un requisito exigido por un usuario en particular.

Solo hemos mencionado aquellas prácticas que son excluyentes;  ¿pero qué hay de aquellas que van más allá donde los contadores terminan siendo instrumentos de las ambiciones más perversas?  El aval de aportes de capital inexistentes, la sobrevaloración de activos, ocultamiento de pasivos,  la creación de gastos u ocultamiento de ingresos para reducir rentas, manipulación de las cifras contables para que reflejen una situación que no se corresponde con los verdaderos resultados obtenidos de la contabilidad, la creación de toda una solución jurídico-contable  para el lavado de dinero,  la complicidad entre clientes y auditores, etc. Son sin duda el lado oscuro de la práctica contable.

La razón de estas prácticas pueden ser variadas, entre ellas: por temor a perder el cliente o ver reducir sus ingresos por negarse a realizar estos trabajos extras; pero al final todo radica en una misma cosa, el amor al dinero.

No solo se trata de contadores que están en estado de indigencia profesional sino es un mal que se encuentra diseminado en todo el tejido de los practicantes contables, eso incluye las firmas de mayor prestigio mundial.

Esto está ocasionando que los contadores pierdan credibilidad en la sociedad venezolana por el trabajo que realizan.  Un ejemplo de esto, los requerimientos cada vez más exigentes por parte del SNC, donde se pone de manifiesto que no es suficiente que el contador avale los estados financieros de la entidad sino que son  sometidos a una rigorosa  revisión y verificación documentaria. Mucho sea escrito y dicho sobre la posible “ilegalidad” de estos requerimientos, pero poco se habla de las razones de porque se llegó allá. Otra vez la forma se interpone sobre el fondo de la cosa en los ambientes gremiales.

¿Qué hacer?

Obviamente tenemos un problema del deterioro de los valores más fundamentales en nuestra sociedad. Nos indigna cuando alguien mata a otra persona para quitarle su celular, pero es relativamente “aceptable” el  decir mentiras en la práctica profesional. Ambas situaciones son igualmente perversas, repudiables y nocivas para la sociedad venezolana. Los valores, creencias, principios y la tan mencionada ética profesional al parecer es un asunto relativo para muchos contadores, es decir, situacional, ajustado a la conveniencia de un momento determinado, al negocio en cuestión.

Cada profesional es responsable de sí mismo, es un asunto  de la consciencia de cada quien, vale la pena preguntarse  ¿hasta dónde quieres llegar y qué es lo que estás dispuesto hacer por dinero?, ya sabemos que por dinero hay quienes son capaces de matar y otros de mentir,  pero también por dinero podemos hacer buenas practicas supeditada a valores y principios absolutos e  inmutables donde nuestra conciencia siempre este en  paz, y podamos mirar a los ojos de nuestros  hijos, amigos y colegas sin temor a ser descubiertos  porque no hay nada oculto y malo  en lo que hacemos a luz de las leyes y a los valores más honorables de nuestra sociedad.

También creemos que los Colegios de Contadores  debe hacer llamados atención de colegas que realizan prácticas masivas, ya sea de auditoría, certificaciones ingresos etc.,  y evaluar su capacidad logística para hacer frente a este tipo de trabajos. No es aceptable que los gremios se hagan de la vista gorda de quienes visan masivamente como tampoco su estimulo. Siendo una suerte de decidía  de la dirigencia gremial y quizás una conveniencia económica para abultar las arcas de estas instituciones.

Otros aspecto que es importante mencionar son  las NIIF y las NIA, estas  no son, ni pueden hacer que la práctica contable sea más transparente de lo que ya es, a los pueblos no se le juzga por sus leyes sino por sus hechos. De tal manera que el inducir y hacer creer que estas normas hacen que la contabilidad venezolana sea más transparente y se reduzcan sus errores, sus triquiñuelas y sus  omisiones es sin duda un sofisma, es ser lo suficientemente ingenuo para creer que las formas pueden sobreponerse sobre la esencia, es decir,  es tratar de desconocer al hombre y la mujer que está en la calle que ejercen la profesión contable atendiendo  a sus principios y valores en un mercado donde el dios es el dinero.

Creemos que lo que somos determina lo que hacemos y tenemos, y esto es lo que se está manifestando en nuestra sociedad hoy en día. Entonces, ¿Quién eres tú?

6 comentarios sobre "La práctica contable: Su lado oscuro"

  1. HEIDY CARIDA DE TIRADO | 10 septiembre, 2015 at 6:21 pm | Responder

    buenisimo este articulo, ya que muchos de nosotros los contadores nos dejamos influenciar por lo que cada cliente quiere por el factor dinero, lo importante es hacerles entender que no es el cliente quien decide como realizar nuestro trabajo ya que se entiende que los profesionales de la carrera somos nosotros.

  2. por que nosotros los contadores no hemos sabido darle el valor cualitativo no cuantitativo que tiene nuestra profesion, muchas veces se hacen las cosas por ignorancia contable que muchos tienen porque la vida academica es una cosa y la realidad practica es otra

  3. Este articulo toca lo moral y ético de todos los colegas que ejercemos esta profesión, ahora aquí es donde cada quien decide si se mantiene firme de acuerdo con su formación moral y ética o permite que la razón del dinero prevalezca sobre sus valores y creencias personales. Cierto las normas no controlan ni enderezan los vicios y desviaciones de un oficio, arte o ciencia, ya que el hombre las hace y el mismo las destroza…

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